Anécdota .. ............ Anecdote .. ......

Viaje al Autana......... Trip to the "Autana".....

En el viaje que hicimos tratando de llegar al cerro Autana, dormimos en "la Playita", único banco de arena que encontramos en aquel río negro como una taza de "te" bien cargado y con paredes de selva tupida y alta de lado y lado.

La encontramos casi al atardecer, nerviosos por no saber si encontraríamos un sitio donde atracar el bote y acampar, con el tiempo justo de prepararnos para pasar la noche.

Era un claro de una formación rocosa que sobresalía mas alto que la copa de los árboles, unos treinta o cuarenta metros sobre el nivel del agua y terminaba en un área pequeña de arena que tocaba al río.

Por supuesto que lo primero que hicimos fue subir al tope de las rocas a ver el paisaje, una vista de 360 grados de pura selva, verde, tupida y al sur el imponente Autana con su forma característica de tepuy y la mística que habla de su leyenda.

Después que llego la noche, negra y profunda y después que comimos algo ya preparados para dormir subimos otra vez para ver las estrellas, oír el silencio, oler la selva.

En la oscuridad absoluta millones de estrellas nos deslumbraron, el olor a limpio, a pureza, a oxígeno nos invadió.

El silencio de civilización impacta, por ser un silencio ruidoso, los ruidos de la selva que al anochecer empiezan, ruidos que en la oscuridad de la noche se engrandecen por que se mezclan con la imaginación........

En el río los sapos sonaban como monstruos gigantes que dominaban el ambiente con su canto, contestándose el uno al otro..........

Los grillos roncaban como crujidos y chillidos de maquinaria pesada......

En la selva, ruidos de movimientos profundos ...... lejanos .....cercanos ........ arriba ..........
abajo.......por doquiera.....

Y en esa noche única en nuestra memoria saque una flauta en el tope de esas rocas y trate de seguir el ritmo de la noche, el ritmo de esos ruidos y el eco de la flauta en la noche con una melodía que nos transporto en el tiempo a la esencia, a la historia, a los recuerdos prehistóricos de nuestra existencia misma nos llevo en un viaje de ensueños, en un viaje de selva, a lo desconocido, a lo vivido.. ..........

A la mañana siguiente después de desayunar y preparándonos para seguir, subimos a ver el amanecer, a despedirnos de ese mundo mágico, de ese sitio tan especial que nos brindo su magia y nos acogió......

Y cual fue nuestra sorpresa al subir y percibir un olor penetrante, rancio, fuerte, que no estaba alli la noche anterior, característico al orín de felino, fuera tigre, pantera o "cunaguaro" era un olor que nos advirtió de lo salvaje de la jungla, y como marcando territorio nos decía,

"Hey, cuidado, este sitio es mio"

In the trip which we did trying to arrive at the "Autana" tepuy, we slept in la Playita, "the little beach", the only bank of sand that we found in that black river like an "overloaded" cup of tea and with walls of dense and high forest side and side.

We found it almost at dusk, nervous by not knowing how if we would find a site where to berth the boat and to do the camp, with time just to prepare us to spend the night.

It was a clear area of a rocky formation higher than the canopy of the trees, about thirty or forty meters on the level of the river and finished in a small sand area that touched the river.

Of course the first thing that we did was claim to the top of the rock to see the landscape, an the view of 360 degrees of pure forest, green, dense and to the south the imposing Autana with its shape characteristic of a tepuy and the mystic who speaks of its legend.

After the night arrived, black and deep and after we ate something, already prepared to sleep we went up again to see the stars, to hear silence, to smell the forest.

In the absolute dark million stars dazzled to us, the scent of clean, purity, oxygen invaded to us.

The civilization silence hits, being a noisy silence, the noises of the forest that at dusk begin, noises that in the dark of the night are enlarged because they are mixed with the imagination........

In the river the toads sounded like giant monsters that dominated the atmosphere with their song, answering themselves the one to the other..........

The crickets snored like crunches and whines of heavy machinery......

In the forest, noises of movements, close, distant deep movements................. Above.......... Down...... Everywhere.....

And in that unique night in our memories I got a flute, and in the top of one of those rocks I tried to follow the rhythm of the night, the rhythm of those noises, and the echo of the flute at night with a melody that transported us in time to the essence, to the history, to the prehistoric memories of our same existence took us in a trip of dreams, in a forest trip, to the unknown, to the lived times...........

The following morning after having breakfast and preparing to go, we claimed again to the top to see the dawn, to say goodbye to that magical world, to that special site that offered its magic and embraced us..........

And to our surprise when raising up we perceived a penetrating scent, rancid, strong, that was not there the previous night, characteristic to felines urine, it was tiger, panther or "cunaguaro" was a scent that reminded to us of the savage of the jungle, and like marking its territory was telling us

"Hey, beware, this place is mine" ........